viernes, 8 de enero de 2010

el payador


¿Qué es un payador? El texto que sigue es una letra improvisada por José Betinoti, uno de los más afamados payadores de principios de siglo.


Aún no ha muerto todavía el zorzal americano el que en líricas payadas un poema nos dejó; aún no ha muerto porque existe en la sierra y en el llano algo así como una historia de una estirpe que triunfó.

Tradición tan digna y noble guarda un pueblo soberano; como Grecia guarda a Homero, Sud América albergó en su seno a Santos Vega, que en la pampa, en el océano, en el rancho, en el palacio, su leyenda resonó.

Transmitiéndose en Ezeiza, luego en Vázquez, ruiseñores que ambos cantan a la patria, sus proezas, sus mejores episodios nacionales en honor a la virtud.

El progreso nunca puede extirpar ese atavismo cuando es ley, cuando es esencia el amor y el patriotismo en los tristes payadores de la América del Sud.

Atavismo, tradición, estirpe. Los payadores son parte de una línea a de tiempo que entronca con los orígenes de la raza americana.Aún hoy, en ambas márgenes del Plata, la imagen del payador recrea la figura del gaucho cantor en la pampa, con sus ropas típicas, tomando mate y pulsando inagotablemente la guitarra para vencer a su adversario en el difícil arte del contrapunto. Sin duda, la figura literaria del Martín Fierro, particularmente lo que de ella conserva la memoria popular, no es ajena a las características de la evocación.

Tradición y también mitología popular, que se expresan através de un arte antiquísimo, coloreado localmente por la paleta, los sabores y los olores de la realidad pampeana.Los payadores son juglares y a sus características como taleshacíamos referencia en la Antología dedicada a los Cantautores.’En el campo, existen desde siempre los payadores. No sesabe exactamente cuál es el origen de la palabra payador.

Algunos, como el escritor Leopoldo Lugones, suponen que deriva depreyador, que significa “rogador” o “rezador”. Otros, como el escritor e historiador Ricardo Rojas, suponen que la palabra proviene de payo, nombre que se le da en Castilla al campesino. La voz, según Rojas, nace del latín pagus que derivé en pago, comarca rústica o patria natural, como la pampa, y país, que es la pintura del campo, y también la tierra y su visión, de donde vinieron paisaje, paisano, paisanaje. Rojas sostiene que el payador iba de “pago en pago” y que de allí tomó su nombre. Otros piensan que el nombre deriva del quechua Paclla, ‘campesino’,de la voz también quechua paya o paclla, que significa dos, porque el payador compite con otro en el canto.Lo cierto es que la figura del payador existe en toda Latinoamérica con nombres variados que reflejan la vinculación de este personaje con los antiguos juglares. En Colombia los llaman cantores o copleros; en Venezuela, cantadores, troveros, metristas, rimadores. En Chile, les dicen palladores.

Los payadores siempre son figuras en su rol de gaucho cantor y por eso no se los puede desprender de la guitarra.Su arte más popularizado es el canto con contrapunto, también llamado de diferentes maneras según los países. En Venezuela, por ejemplo, lo llaman porfia. Es una forma de desafío a través del canto, casual o provocado, con participación de dosmás cantores que improvisan coplas sobre un tema.Para asemejarse aún más a la expresión juglaresca, por serfruto de la improvisación, la letra payadoresca no es escrita.Muchas se salvan del olvido por la memoria del pueblo, es decir que, como los viejos poemas juglarescos, sobreviven graciastradición. Otras sobreviven gracias a versiones taquigráficasdiarios de la época en que los payadores han cantado ya que, como explica B. Seibel,2 “los payadores también escriben versos meditados, sus ‘compuestos’, a veces letras de canciones, que se editaron en hojas sueltas desde principios del siglo pasado, que aparecieron en folletos desde la década del 80 y que en este siglo se publicaron en diarios y revistas, se cantaron por radio, en cine o televisión y se grabaron en discos o cassettes...”.
Aunque el ámbito argentino que más se asocia a la expresión payadoresca sea la pampa, muchas de estas composiciones, testimonios del oficio de payar, anuncian la pertenencia a medios rurales diferentes, como la siguiente estrofa del “compuesto” Mi poncho tucumano, de Generoso D’Amato:

En mi rodar errabundo con que mi vida desgrano, tengo un poncho tucumano como no hay dos en el mundo. Ostenta el brillo profundo de un poema evocador y es a su dulce calor que ha consagrado el destino, mi arrogancia de argentino y mi sueño de cantor.

Este arte se practicaba ya en la antigua Grecia; de allí lo tomaron los romanos, quienes lo llamaron canto amebeo. Luego, pasó a los árabes.Los trovadores españoles también lo practicaron y, finalmente, como consecuencia de la Conquista, el arte llegó a América.La aparición del payador en nuestro continente, con sus rasgos específicos, data de mediados del siglo XVIII.

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