viernes, 8 de enero de 2010

el tuaj


El Tuaj, un ave carroñera como el carancho, inspiró esta danza, cuya coreografía refleja con notable realismo el momento en que estas aves se disputan una presa.

Como sucede en toda la naturaleza, independientemente de la abundancia o no del banquete, es siempre el mas fuerte el primero en comer.

Seguramente cuando los científicos terminen de descifrar el ADN habrán de encontrar en su código los genes que establecen este comportamiento. Seguramente en este libro de la naturaleza encontrarán escrito "como Dios manda".

Y Dios, la Naturaleza, el Gran Creador o como nuestra Religión nos permita llamarlo, estableció que a los fines de conservación y evolución de las especies, debe haber por lo menos uno bien alimentado para sobrevivir y ser el mas fuerte en la lucha para reproducirse y asegurar que sus hijos tengan los genes del mas fuerte y con más posibilidades de supervivencia de su especie.

De allí que, en el banquete, siempre haya peleas y demostraciones de fuerza y poder para imponer ese derecho.

No nos puede extrañar entonces el comportamiento de las sociedades y lo insaciable de los países más ricos.

Pero estábamos hablando de El Tuaj como danza, donde vemos como revolotean en los giros y se acercan al centro a comer y, tras los seguros picotazos, retroceden agitando las alas en actitud de mostrarse importante ante el enemigo.

El zapateo girando hacia la derecha del caballero imita el pavoneo de los que disputan la supremacía, en cambio el zarandeo en forma de vuelta entera de las damas, representa a los más débiles en la nerviosa espera de su turno para comer.

Los diferentes intentos de entrar al banquete, se reflejan un par de veces en los avances y retrocesos con los brazos en alto simulando las alas.

La música acompaña todo con una clara alusión a los chillidos de las aves en la disputa.

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